Llegan las botargas
Las botargas, como cada año por la Candelaria
Este año van a recibir las botargas guadalajareñas, una a una, y todas en conjunto, un regalo que se merecen: y es el título de Bien de Interés Cultural que les asigna, por Ley, el gobierno regional de Castilla-La Mancha. Al mismo tiempo, la Diputación Provincial de Guadalajara presenta por fin su gran programa “La Ruta de las Botargas” a cargo del grupo “La Tradición Oral” y que va a suponer su catalogación, protección económica y apoyo en todos los órdenes prácticos, para que se mantengan vivas, y cada año en estas fechas vuelvan a salir a la calle y corretear por los pueblos de la Campiña y la Sierra.
Las botargas son un bien cultural, desde hace mucho, desde hace siglos. Siempre fueron queridas y mantenidas en sus pueblos. En la época de Franco los curas las prohibieron, porque pensaban que aludían al Carnaval pagano. Por eso, algunas se perdieron, pero se está en trance de recuperarlas.
Las que hoy quedan han sido estudiadas por diversas personas, a las que siempre habrá que agradecer su interés y perspicacia. Y así, cabe mencionar en primer lugar a Sinforiano García Sanz, un etnógrafo y bibliófilo campiñero que por los años 50 del siglo xx se ocupó en contemplarlas, fotografiarlas, dibujarlas y analizar sus ritos y antigüedades, escribiendo un libro que se hace capital en el conocimiento de estas fiestas. Este autor le comunicó sus hallazgos al humanista Julio Caro Baroja, quien promovió notablemente su conocimiento, a través de algunas películas que recogieron las celebraciones de botargas en Guadalajara con pulcritud y sorpresa.
Fue ya avanzado el siglo XX cuando José Ramón López de los Mozos analizó, con mucho más detalle, poniendo en marcha un catálogo materializado en algunos libros, las formas y funciones, los simbolismos y ancestralismos contenidos en estas figuras. Destacar su obra “Fiestas Tradicionales de Guadalajara” en la que por primera vez de forma conjunta y con muchas imágenes se analiza esta fiesta. Después sería Francisco Lozano Gamo, a quien se debe la recuperación de varias de estas actuaciones botarguiles en ámbitos campiñeros, quien las pusiera de nuevo en actualidad, y finalmente ha sido el pasado año de 2020 cuando el etnógrafo y analista de la vida popular de la provincia de Guadalajara, José Antonio Alonso Ramos, ha publicado en la Revista Besana un lúcido -y hasta ahora el más riguroso- estudio sobre la fiesta/s de botargas en esta tierra.
En 2021, yo mismo he sacado un libro en el que recojo las 25 figuras más destacadas de este conjunto, sumadas de otras 25 fiestas de enmascarados de toda España. El mérito del libro está en los dibujos que de ellas hace Isidre Monés Pons, a quien siempre habrá que agradecer, en nuestra tierra, el entusiasmo que puso disfrutando de sus correrías, retratándolas y haciéndolas estos dibujos que son ya de antología.